Con un rugido poderoso, Borin golpeó al Señor Orco con su hacha, un golpe que envió al orco volando hacia atrás con tal fuerza que chocó contra la entrada del banco.
El impacto sacudió toda la estructura, provocando gritos de terror de los rehenes que se acurrucaban en el interior.
Por un momento fugaz, Borin se permitió una burla complacida, permaneciendo erguido y orgulloso al presenciar el aparente éxito de su ataque.
Sin embargo, su satisfacción se desvaneció rápidamente en un ceño fruncido de preocupación cuando el Señor Orco se levantó con inquietante facilidad.
El orco parecía apenas afectado por el ataque que habría incapacitado a una criatura menor, sacudiéndose el polvo como si solo hubiera recibido un pequeño puñetazo. La herida infligida por el hacha era superficial en el mejor de los casos.
—Tú... ¿Tienes el título de 'Jefe'? —Borin murmuró entre dientes, sus ojos se abrieron de par en par al darse cuenta.