La mirada de Asher se desvió hacia Rowena con una mezcla de escepticismo y curiosidad —¿Drakaris? Exhaló lentamente, la gravedad del nombre resonaba con cada fibra de su ser —he leído textos antiguos y he oído relatos de grandes dragones, pero ¿uno que vivió más de 7000 años? Eso es una leyenda, no historia. Si tal criatura existió y poseía ese tipo de poder, ¿cómo es que no es de conocimiento común?
Rowena levantó la vista, sus ojos reflejando el resplandor de la luna de sangre —los dragones de los que hablamos hoy son apenas una sombra de lo que se creía que era Drakaris y era considerado el rey de todos. Sí, nuestros dragones podrían vivir hasta mil años, pero Drakaris... él era una entidad más allá de la comprensión. Tan solo su tamaño podía cubrir nuestro reino entero. Se dice que tenía el poder de reducir el mundo a cenizas si así lo deseara.