—Raquel sintió su corazón palpitar mientras tartamudeaba —¿A-Ahora? ¡Me siento sucia después de estar en este maldito lugar durante una semana!
—Asher se burló y dijo —Vamos, por favor. Tuviste tus pausas para ir al baño e incluso un baño esta mañana. Debo decir que ningún otro prisionero hubiera tenido tanta suerte, por no hablar de darse un baño.
—Asher luego sonrió con malicia y agregó —Además, no me importa tener ardiente sexo en la prisión con una esclava sucia de vez en cuando.
—Tú... —Las fosas nasales de Raquel se abrieron mientras sentía que su corazón latía aún más rápido.
No podía creer que él quisiera quitarle su virginidad de inmediato, pero luego, un demonio como él definitivamente querría hacerlo. Pensar que realmente iba a perderla con un demonio.
—T-Tu maná demoníaco me matará. No puedes... ponerlo... —Raquel protestó con la cara roja.