En el corazón de una zona en la mini-mazmorra del Pico Piro, un grupo de quince individuos se encontraba en un gran espacio abierto, rodeado por imponentes estructuras formadas enteramente de magma.
La resplandeciente roca fundida proyectaba una luz roja fantasmal sobre sus agotadas figuras, haciendo que sus sombras parpadearan y danzaran en el suelo irregular. A lo lejos, el rugido de los volcanes activos creaba un ruido de fondo constante, ocasionalmente interrumpido por el sonido explosivo de una erupción.
La líder del grupo era una mujer alta y estatuaria con largo cabello azul que brillaba en la luz rojiza. Sus intensos ojos azules inspeccionaban la zona con intensidad para asegurarse de que este era el lugar correcto para establecer un Refugio.