Thorin no pudo evitar fruncir el ceño al escuchar las palabras de Asher, lo cual suscitó su interés.
Sabía que Asher era un genio con un potencial inconmensurable, pero por ahora, no tenía el poder ni para mitigar el impacto de esta guerra, mucho menos para cambiar el rumbo de la misma en solitario.
Aun así, Thorin sentía que Asher no era de los que desperdician su tiempo innecesariamente, así que preguntó —¿Cuál sería esa pregunta?
—¿Cuál es la debilidad del Kraken? —indagó Asher, con una voz firme y decidida.
Las cejas de Thorin se elevaron sutilmente, sin esperar esa pregunta mientras respondía con un tono distante —¿Y qué te hace pensar que el Kraken tiene una debilidad?
Los labios de Asher se curvaron en una sonrisa astuta —¿Realmente importa?
Thorin sabía que la reticencia de Asher a responder su pregunta probablemente se debía a que no quería revelar cómo había llegado a sospechar de una debilidad.