Darren vaciló un momento, su expresión nublada de preocupación. —Hay algo que necesito compartir contigo, Asher —comenzó, su voz baja y vacilante—. No quería cargar esto sobre ti, pero temo que podría afectarte indirectamente.
Asher se inclinó ligeramente, sus ojos transmitiendo una mezcla de curiosidad y seguridad. —Incluso si no me afecta directamente, puedes confiar en mí con cualquier cosa, Darren —dijo, su voz firme y reconfortante.
Un atisbo de alivio atravesó las facciones de Darren mientras finalmente compartía sus problemas. —La Princesa Consorte Rebecca ha estado causándome problemas —admitió, la frustración evidente en su tono—. De alguna manera ha presionado a mi padre para dejarme de lado, convirtiéndome en un extraño para mi propia Casa. Por esto, estoy perdiendo prestigio entre las otras casas nobles, y mi apoyo está disminuyendo. Si sigue así, podría quedarme sin nada a mi nombre, y me temo que podría llegar a ser una carga para ti.