Rodney no podía entender lo que estaba sucediendo ante sus propios ojos. ¿Esta mujer frente a él, que nunca lo había mirado con afecto, ahora le decía que estaba orgullosa de él?
¿La misma mujer que lo había desterrado de la familia por carecer de talento mágico? ¿La mujer que lo había tratado como si fuera menos que nada?
—Tiene que haber una razón para sus acciones. Un plan. Algo. Ella nunca me trataría bien sin un motivo —se dijo.
Mientras los pensamientos de Rodney se revolvían en su cabeza, Selena lo miraba con tristeza. Podía adivinar sus pensamientos, incluso sin tener que leerlos.
Por supuesto, sabía que él tenía razón. Había sido una madre terrible.
Todo por el bien de la prosperidad de su casa. Así eran las costumbres de la alta sociedad de Témisca.
Pero la verdad era diferente. Nunca se había perdonado por desterrarlo.