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—Con mucho gusto se los explicaré, mi rey —dijo Alena, con emoción en sus ojos.
Astaroth se recostó en su trono, acomodándose, y envió un mensaje a Fénix en el chat privado.
—¿Sabías algo sobre estos Ejercicios? —preguntó.
Fénix respondió casi inmediatamente, casi como si esperara su pregunta.
—Sí. Lo discutimos en una reunión un poco antes de que volvieras aquí. Pero aún no hemos tenido tiempo de discutirlo juntos. Todavía teníamos que elegir cuál enviar, y no quería decidir sin ti —respondió.
Astaroth se sintió contrariado al recordar lo caótico que habían sido las cosas desde que llegó el parche. Apenas habían tenido tiempo para sentarse y hablar de cosas importantes.
Pero alejó los pensamientos dispersos y se concentró en Alena, quien ya estaba hablando.
