Astaroth había estado esperando en el túnel que llevaba desde la habitación trasera hasta la sala del trono, preparando algo en lo que había estado trabajando durante algún tiempo. Apenas podía escuchar el discurso de Fénix desde la apertura ante él al final del túnel.
Y a pesar de todos sus intentos de representarlo como misericordioso y agradable, todavía quería asegurarse de afirmar alguna forma de dominio sobre ellos. En su mente, un rey debe ser la persona más fuerte en un reino, o al menos un cercano segundo.
Así que, mientras ella seguía hablando, Astaroth se preparaba a sí mismo.
Estaba intentando reproducir una sensación, más precisamente una que había sentido cuando Gäap había tomado el control total. Su objetivo era revertir esa sensación, en controlar los poderes de sus compañeros del alma, sin pasar por las transformaciones.