—La gente de todo un mundo tenía el ambicioso objetivo de crear un dios por el bien de la continuidad de su mundo y de toda la raza humana. Sus ambiciones y metas son demasiado inmensas para que nosotros las comprendamos en este momento —explicó Samuen, sentándose en el suelo y sintiendo el peso de su fatiga.
—Incluso si finalmente enfrentaron la destrucción, indudablemente tuvieron éxito —continuó Samuen, levantando la cabeza y haciendo contacto visual con cada una de las personas presentes. El agotamiento mental y la confusión se reflejaban en sus ojos.
—Él es alguien que fue creado a través del sacrificio de un mundo entero. Y también el legado que nos fue dejado de ese mundo perdido hace mucho. ¿Entienden lo que quiero decir? —La expresión en el rostro de Samuen transmitía una gravedad y resolución que no se habían visto antes.