```
La primera inclinación de Yamaya de que su padre podría estar ebrio fue el hecho de que no se desplomara en lágrimas al verla a ella o a su hermana como adolescentes.
Ella sabía lo mucho que a su padre le gustaba consentirlas, así que una vista como esa debería haber partido su ardiente corazón de fénix en dos.
Y aún así, él estaba totalmente tranquilo con todo esto.
También tenía una sonrisa feliz e inocente en su rostro que era diferente de su habitual reservada.
Era entrañable y precioso, pero absolutamente no cómo veían a su padre actuar en el día a día.
—Ah, bueno... los adultos simplemente comenzaron a divertirse un poco más después de que ustedes dos volvieran a la cama, eso es todo —dijo.
—¿Así que esperaron a que nos fuéramos para empezar a divertirse...? ¿Qué malos...? —comentó Yamaya.
—¿Qué clase de padres hacen eso a sus hijos? —preguntó su hermana.
Cuando está borracho, Abadón tiene tres malos hábitos atroces que planea llevarse a la tumba.