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La atmósfera en la oficina era bastante incómoda.
Sebastián tenía una sonrisa presuntuosa en su rostro mientras que Evan estaba algo avergonzado por dentro.
—Maldita sea, esta habilidad maldita —Evan estaba realmente molesto porque Sebastián lo había descubierto por segunda vez.
—Necesito encontrar una habilidad o artefacto que pueda ayudarme a detener el efecto de este tipo de habilidades —Evan pensó y se aclaró la garganta.
—Bueno, ya que lo sabes entonces ¿qué quieres? —preguntó Evan y antes de que Sebastián pudiera decir algo, habló de nuevo—. Y déjame dejar esto claro, si quieres una compensación por lo que hice puedes olvidarte de ello. No tengo nada que darte, soy solo un huérfano pobre y sucio.
Una mazmorra de rango C puede generar fácilmente ingresos de unos pocos millones de créditos cada mes. Y Evan sabía que, puesto que tomó tres meses adicionales para que la mazmorra de Mundo Helado volviera a la normalidad, Sebastián debió haber perdido millones de créditos.
