La luna colgaba alta sobre la Torre del Vampiro, proyectando una luz pálida que parecía fortalecer a Lisa para la batalla que se avecinaba.
Ella sabía que las probabilidades estaban en su contra, ya que se enfrentaba a tres Manipuladores del Tiempo. Sin embargo, en este momento, rendirse no era una opción, y tampoco estaba en su naturaleza darse por vencida. Con los guantes del Golpeador Rojo adornando sus manos, se preparó para desatar toda la extensión de su destreza vampírica.
—No pierdas el tiempo, Vampiro... No eres nada contra nosotros. Solo responde a nuestras preguntas y te daremos una muerte indolora —dijo Jin al ver a la hermosa Vampiro mirándolos con una mirada fría.
Los Manipuladores del Tiempo, Jin, Giorgi y Darius, estaban listos, sus propias energías armonizando con el flujo y reflujo del tiempo.
Si la Vampiro intentara siquiera hacer algo, no dudarían en activar sus hechizos.