Clare, su armadura abollada y manchada con los restos de la batalla, se encontraba de pie sobre una colina con vista a la vasta extensión del caos.
—No se termina, ¿eh? ¿Por qué están tan enfocados en nuestro territorio? —se quejó Clare al recibir noticias de que otras áreas en el reino ya no estaban siendo atacadas.
¡Los demonios habían concentrado de alguna manera sus fuerzas para destruirlos!
¡Era como si supieran que ellos eran el centro de mando que estaba controlando la defensa de todo el reino!
Su mirada severa barrió el campo de batalla donde el destino del Reino de Milton pendía de un hilo.
—Vamos a perder a este ritmo... Ese Santo Demonio tiene que morir... —murmuró Clare al saber que los Santos Demonios simplemente estaban forzando a los demonios de bajo nivel a atacarlos.
¡Este santo no se preocupa en absoluto por la vida de los demonios de bajo nivel!