Lucy no mató a ningún humano en este punto para evitar ser detectada por varios Conjuros Arcanos que podían sentir la sed de sangre.
Continuó con el trabajo diario del cuerpo original.
Trabajaba en una pintoresca librería, un depósito de conocimiento e historias que los humanos atesoraban. Era el lugar perfecto para que aprendiera sobre los humanos.
Con cada cliente que entraba, practicaba el arte de la interacción humana, su sonrisa una fachada bien elaborada, sus palabras como una melodía de cortesías mundanas.
—Mhmm... Me estoy volviendo cada vez mejor en esto... Infiltrar ese castillo no debería ser tan difícil una vez que tenga suficiente confianza... —Lucy reflexionaba mientras consideraba probarse a sí misma matando a algunos nobles o incluso Arcanistas que ocupaban altos cargos en varias Organizaciones.
Una vez que los matara sin ser notada, sería el momento de apuntar al Inmortal Sombra en su castillo.
Por ahora, tenía que seguir adaptándose al Reino Humano...