El diminuto vacío negro que había aparecido en el cielo no fue notado por muchos, ya que la mayoría de la gente ya estaba ocupada tomando cualquier cosa que pudiera para huir del fuego.
No tenían tiempo de observar el fuego ya que podían decir que se extendería por todas partes.
No obstante, el hechizo continuó actuando... ¡El vacío parecía haber creado una fuerza gravitatoria, atrayendo las llamas ardientes hacia él con una fuerza irresistible!
A medida que las llamas eran inexorablemente atraídas hacia arriba, se retorcían y se contorsionaban mientras su intensidad, una vez feroz, disminuía gradualmente en presencia del enigmático vacío.
Tan pronto como esto sucedió, la gente no pudo evitar detenerse ya que querían ver por qué el calor traído por el fuego desapareció tan repentinamente.
—¿Q-qué es eso?
—¡El fuego está siendo tomado por esa cosa oscura!
—¡Magia! ¡Solo los Magos son capaces de eso!
—¡Oh, Dios mío! ¡Gracias, Diosa de la Fortuna! ¡Es la bendición de la diosa!