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El gas negro era denso y tóxico.
Llenaba el aire con un olor fétido y sofocante.
—¡Elementalistas de Viento! ¡Rúnicos! ¡Rápido, alejen el gas!
—¡Tos! ¡Tos! ¡Tos!
El gas negro les quemaba los ojos y los pulmones. Les hacía toser y ahogarse. Era un arma mortal, y tenían que hacer algo al respecto. Su Energía Arcana y Zona Mágica no podrían ayudarles con este tipo de peligro.
Los Arcanistas, entrando en pánico, reaccionaron rápidamente al darse cuenta del peligro. Algunos de ellos lanzaron hechizos para escapar del gas.
—¡Síganme! —gritó Roland al darse cuenta de que los hechizos de los Elementalistas no estaban haciendo nada. El gas tóxico no se detenía en absoluto.
Corrieron hacia las escaleras, esperando encontrar una salida. Utilizaron sus hechizos tipo barrera para expulsar el aire y Artefactos Místicos que producían un fuerte viento, tratando de disipar el gas.
Utilizaron todo lo que pudieron para dispersar el gas.
