Una miríada de luces estalló de su palma y se dispersaron a través del techo del castillo. Formaron un domo de colores radiantes que cubrió todo el salón.
Parecía una aurora hermosa y majestuosa.
—Esto es…
—¿Un Hechizo de Artes Sagradas?
—Nunca he visto algo así antes.
—Es hermoso…
Era un espectáculo para contemplar, y todos en el castillo no pudieron evitar apreciar la belleza del Hechizo.
Sin embargo, sabían muy bien que también era un arma mortal.
A medida que la luz de la aurora descendía sobre los murciélagos, envolviéndolos en su resplandor, comenzaron a chillar de dolor...
Los quemaba, los cegaba, y aquellos en la parte trasera quedaban atónitos y caían al suelo. Luego, llegaba el siguiente grupo de murciélagos.
Sin embargo, el Abrazo de Aurora no era solo una única ola de Hechizo. ¡Mientras Clovis siguiera suministrando suficientes Puntos de Divinidad, el Arte Celestial no se detendría!
¡Chirrido!