En una pequeña casa en la ciudad, el Escuadrón Torrente estaba reunido. Algunos de ellos jugaban a las cartas, uno estaba puliendo su arma, otros descansaban, mientras una joven del grupo sorbía su té en un rincón.
—¿Denise? ¿Todavía te preocupa lo que pasó? —preguntó Leonel, el líder del Escuadrón Torrente, a la miembro más joven de su escuadrón.
—N-no. Solo estoy pensando en nuestra próxima misión. Vamos al Reino de Ruri, ¿verdad? —respondió Denise rápidamente tratando de evitar el tema.
Y es que estaba realmente perturbada por el incidente anterior en la ciudad, ya que sabía que Eustace y Constance no eran herejes como había afirmado el Arzobispo.
Lotus no le dijo nada, pero Denise podía decir que estaba ocultando algo.
«¿Realmente ese tipo es Vale? Ugh... debería haberlos seguido», pensó Denise mientras sentía la necesidad de aprender un Hechizo de Transmisión de Sonido para poder comunicarse secretamente con alguien.
