—¿Crees que esto me detendrá? —dijo Wilfred, el Vaso Fallido, con voz profunda. Quizás debido a cómo logró lidiar con las Manos Fantasma y los Caballeros Esqueleto, todavía se sentía confiado incluso cuando se enfrentaba a un Espíritu Oscuro.
Wilfred intentó desgarrar los oscuros zarcillos que lo estaban suprimiendo, pero incluso después de hacer esto unas cuantas veces, se dio cuenta de que simplemente reemplazaban los zarcillos oscuros mientras seguían sosteniéndolo en una posición de rodillas.
—¡Aahhh!
Mientras el Vaso Fallido luchaba contra los zarcillos oscuros, Vale avanzaba lentamente, su mirada fija en su Vaso Fallido arrodillado.
Como si Yvaine se diera cuenta de lo que Vale quería que sucediera, extrajo algo de la energía del Vaso Fallido para reponer su fuerza.
Entonces, ¡ella fortaleció su control sobre los zarcillos oscuros!
—¡Tú! ¿Qué has hecho? —preguntó Wilfred aterrorizado después de sentir la repentina pérdida de energía.
¡Golpe!
