—¿Qué? —La profesora Stella estaba sorprendida ya que no esperaba que Maya estuviera tan en contra del duelo que preferiría lastimarse a sí misma.
Cuando estaba a punto de regañar a su alumna, oyó la voz de Zara dentro de su cabeza.
—Stella, ¿cómo está ella? —preguntó Zara preocupada.
—No está bien... Sus hebras de vida definitivamente disminuyeron —respondió Stella mientras comenzaba a inspeccionar el cuerpo de Maya.
—Ya veo... No te preocupes demasiado. Ella es de la Familia Plumaestelar. Tienen una manera de aumentar las hebras de vida mucho más rápido que otros siempre que aún no hayan llegado a los veinte años. Maya debe ser consciente de esto, así que no está muy preocupada —explicó Zara.
—Es bueno escuchar eso —Stella suspiró aliviada después de oír esto. Luego llevó a Maya para llevarla a la enfermería y dejar que descansara.