Su reunión fue interrumpida por el sonido de explosiones en la distancia, seguido por cuernos de guerra.
Cuernos de guerra de la Cruzada Caída.
Wolfe lanzó al equipo de negociación una mirada de disgusto, luego movió su mano para encajar su único cargador restante en el rifle, y luego apoyó su brazo sobre el arma.
—Parece que la Cruzada Caída no negocia de buena fe —suspiró.
—¿Con un Rey Demonio y una reliquia de una especie muerta? Jamás. Nuestra sagrada misión es eliminar a los monstruos que hicieron que nuestro Divino Señor fuera expulsado de los cielos y recuperar nuestras alas como el Ejército Angélico del Divino —declaró el Arzobispo.
Wolfe sintió cómo el ambiente cambiaba mientras el Rey ajustaba el radio de los hechizos protectores para que [Buenas Intenciones] y la barrera defensiva del Palacio los envolvieran, pero se detuvieran en medio de la mesa.
