—...Dicho esto, la situación está bajo control. Seré capaz de traer de vuelta al Alma Maldita en unos pocos meses. No hay necesidad de preocuparse. Podremos prevenir fácilmente la erupción de un Cataclismo Condenado —la voz de Evalynn Fang resonó desde una pequeña canica azul marino. Su voz retumbó a través de una gran y ominosa sala oscura.
La sala estaba cubierta de intrincados patrones de grabados e innumerables imágenes realistas de diversas monstruosidades. Eran criaturas míticas que infundían terror y desesperación en los corazones de la gente común. Sin embargo, grabadas en las paredes, estas criaturas míticas parecían lamentables. Sus cuerpos estaban encadenados a los intrincados patrones rúnicos, sus poderes sellados para siempre.
