—¡Es tan tarde! —se quejó Na-ri—. ¿Por qué vamos al metro a estas horas de la noche?
—¡Ya pasó la medianoche! —dijo Jia—. Así que técnicamente, no es tarde. Es temprano.
Wei suspiró. —Lo juro. ¿Quién hubiera pensado que tú tendrías la fiebre de fan más grande de todas nosotras?
—Si supiera que esto iba a pasar, nunca te habría presentado a Estrellas en Ascenso —bostezó Soo-min.
—Vamos, dale —alentó Jia—. Piénsalo como venganza por obligarme a venir a grabaciones temprano en la mañana con ídolos que ni siquiera cantaban en vivo.
—Bueno, demonios —se rió Wei.
Las cuatro salieron del metro, y Jia las guió a la pantalla LED de June.
Al acercarse a la gran pantalla, vieron a un tipo extraño con una capucha negra y una máscara negra. Estaba mirando la pantalla intensamente, y eso asustó un poco a las chicas.
Soo-min se detuvo. —Ehmm, ¿volvemos más tarde? Ese tipo se ve sospechoso.
—No seas tan prejuiciosa —dijo Jia—. Puede ser un fan de June.
—¿Con esa pinta? —preguntó Soo-min.