—Oh mierda —murmuró Jay, preparándose para arrancar la furgoneta y así poder escapar de la escena.
Sin embargo, antes de que eso pudiera suceder, dos de ellos ya se habían situado detrás de su furgoneta, impidiéndoles salir.
Jisung no pudo evitar temblar de miedo, así que Ren lo sostuvo como lo haría una madre protectora.
—¿Qué está pasando? —susurró él.
—No lo sé —dijo Ren con una voz igualmente asustada.
—¿Estamos metidos en algún lío de la mafia? —preguntó Akira en voz baja, lo que le ganó un golpe en la parte posterior de la cabeza por parte de Jaeyong.
—Lo siento —murmuró Akira—. Olvidé que estamos en un momento serio.
Jay chilló cuando uno de los hombres golpeó la ventana con el bate.
—¡Ábrenos! —gritó el hombre.
Sin embargo, Jay permaneció inmóvil, sin saber qué hacer.
June, por otro lado, intentó evaluar la situación.
El coche que casi chocó con ellos...
Los hombres vestidos sujetando bates...
Esto parecía el usual esquema de chantaje.