La habitación estaba cargada de anticipación mientras Jordán Lee se acercaba al micrófono.
La música de fondo llena de tensión retumbaba, las notas suspendidas en el aire como una brisa suspense. La música parecía hacer que los aprendices estuvieran aún más ansiosos, y los espectadores en casa sentían la familiar energía nerviosa fluyendo por sus venas.
—Esto realmente está sucediendo.
—Dios mío, la lista de reproducción de Azur es tan apropiada para cada escena.
—Bien, todos —empezó Jordan, su voz cortando el silencio como una cuchilla afilada—. Comencemos con el puesto número 74.
Cuando habló, la música de fondo se intensificó, su melodía escalofriante enviando escalofríos por la espina dorsal de los aprendices. Todos los ojos estaban fijos en Jordán, y la atmósfera parecía tensarse con cada segundo que pasaba.
—El puesto número 74 es para...
June jugueteaba con sus dedos. Sabía que no debía anticipar el anuncio.