Hubo un cambio en los ojos de la actriz; la fachada que había trabajado duro en construir ahora se desmoronaba al suelo.
Lágrimas amenazaban con caer de sus ojos mientras apartaba la mirada de su hijo adolorido.
Jian asintió con la cabeza mientras miraba al suelo, lágrimas cayendo de sus ojos como cristales en una cueva oscura.
Cuando miró hacia la cámara una vez más, otra lágrima cayó, brillando bajo la luz de la luna.
Ann observaba la escena ante ella y negó con la cabeza.
—Sus lágrimas son actores pagados. Parecen diamantes justo ahora —murmuró.
Parecía que todos en el estudio contuvieron la respiración mientras esperaban a que terminara la escena. Era casi como si ya estuvieran viendo la película en la primera fila del cine en su primer estreno.
Jian, al sentir que su madre no iba a cambiar de opinión, asintió para sí mismo una vez más.