June sabía que el personaje de Jian debía ser obediente. Sin embargo, para él, la obediencia ciega era algo que tenía que adquirirse, no algo con lo que se nacía.
Las personas que obedecen ciegamente a otras o no pueden perder algo más importante... o no pueden hacer nada al respecto porque están con las únicas personas que las aceptarían.
Eso último era lo que June quería representar en esta escena en particular.
Antes de que Jian se convirtiera en el mensajero de confianza del clan Sombra, también era un adolescente, alguien que tenía las mismas aspiraciones que los demás, alguien que era terco si quería conservar algo.
Jian cruzó los brazos frente a su pecho, tomando la bolsa de la mesa y colocándola a su lado.
—No voy a ir —dijo obstinadamente, sorprendiendo incluso a la actriz con la que estaba trabajando.
Ella entrecerró los ojos hacia su hijo.
—¿Cómo que no vas a ir? —preguntó incrédula.