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—Entonces, ¿era por esto que me necesitabas para las lecciones, eh? —preguntó una mujer familiar desde detrás de June, haciendo que él se girara y soltara una risita al verla.
—¿Y por esto no podías verme durante dos semanas? —replicó June.
—Probablemente por más semanas ahora. Creo que hoy podré vencerte.
—Eso espero —suspiró June.
—Y lo haré —dijo ella con confianza.
Ella caminó hacia donde estaba June y le dio unas palmaditas en la espalda. —Supe que eras tú en el momento en que te escuché cantar durante la tercera ronda la semana pasada. Al principio no podía creerlo porque habías mejorado muy rápido. Sin embargo, simplemente supe que eras uno de mis estudiantes.
—Debes estar orgullosa, Mamá Mágica —se rió June.
Mamá Mágica también se rió divertida. —Bueno, claro que estoy feliz. Eso solo significa que he sido una maestra efectiva. Sin embargo, siento que estás tomando clases de canto con alguien más. ¿Cómo puedes mejorar tan rápido?
—Solo tú y yo —dijo June.