Por primera vez, June se quedó sin palabras.
Parecía que su propio reflejo le devolvía la mirada mientras el tatuaje del chico continuaba siendo expuesto.
June rápidamente le instruyó que se bajara la manga, lo cual, afortunadamente, el chico siguió sin ninguna queja.
—¿Te gusta? —preguntó emocionado el chico.
June apretó los labios y asintió a pesar de sentirse extraño. —Es muy… realista —dijo June.
—¿Verdad? Un tatuador realmente bueno lo hizo, ¡así que se siente como si estuvieras conmigo todo el tiempo!
—¿No te arrepentirás? —indagó June. —¿Especialmente en los próximos años?
—¡No! —exclamó el chico—. ¡Estoy en esta mierda de astra de por vida, bebé!
Con su abierta palabrota, el chico fue entonces escoltado fuera del escenario.
June suspiró mientras les daban un breve descanso antes de continuar con los últimos diez fans en la audiencia.