El color en el rostro de June se desvaneció, y sus miembros se volvieron hacia él con expresiones emocionadas.
Sus miembros lo miraban como una manada de hienas, listos para saltar sobre él en cualquier oportunidad.
No los malinterpreten. Podrían actuar sospechosamente, pero no tenían malas intenciones.
Solo querían genuinamente ver a su colega actuar adorablemente (y sufrir en el proceso).
June miró alrededor y vio que los otros participantes ya se estaban preparando para el primer juego.
—Lo haré en casa —propuso June en forma de compromiso. Sin embargo, sus miembros eran tan tercos como toros, y con todos ellos mirándolo intensamente, June sabía que no podía escapar sin darles lo que querían.