—Esa chica está actuando más rara que de costumbre —dijo June, mordiendo la banana que el personal le había proporcionado.
Mientras tanto, Jay abrió la boca e imitó la acción. June se percató de ello con su visión periférica y se giró hacia él con las cejas fruncidas.
—¿Qué diablos estás haciendo? —preguntó June.
Jay sacudió la cabeza con una sonrisa.
—¿Me puedes dar una banana?
June suspiró profundamente antes de darle la banana medio comida a su mánager. —Toma —murmuró.
—Gracias —canturreó Jay como si hubiera ganado el premio más grande del mundo—. ¿Sobre qué estabas hablando? —preguntó, con las mejillas llenas como un hámster codicioso.
—Arin —dijo June, asintiendo en su dirección—. Está actuando raro.
—Siempre ha sido rara —respondió Jay—. Es dulce con los demás miembros del equipo, pero contigo es un infierno.
—Sí, pero ahora está actuando aún más rara que lo usual. Cada vez que nuestros ojos se encuentran, esquiva mi mirada —dijo June.