—Realmente pensé que no ibas a despertar, ya que la bala falló un órgano vital por muy poco —el Dr. Oh se rió entre dientes.
—Pero, ¡mira! Estás despierto. Estaba nervioso durante la operación sin ninguna buena razón —agregó.
June lo miró con incredulidad antes de negar con la cabeza.
¿Por qué lo habían llevado a este hospital otra vez?
—Hermano —escuchó la voz de Minjun.
June giró su mirada hacia el pequeño y de inmediato se animó.
—Minjun —dijo, encogiéndose al intentar sentarse.
—Te aconsejo que no hagas eso —dijo rápidamente el Dr. Oh—. Esto es más grave que la puñalada que sufriste aquella vez, así que por ahora debes guardar reposo absoluto en cama.
June gimió, ignorando lo que decía el doctor y convenciendo a Minjun para que se acercara más.
El pequeño caminó lentamente hacia él, con una expresión de culpabilidad en su rostro.
—¿Estás bien? —preguntó June.
—Yo no soy quien está en una cama de hospital con una herida de bala —dijo Minjun, haciendo sonreír a June.