—Pitido pitido pitido.
—Mierda, se está desangrando.
—Está realmente pálido, y apenas siento su pulso.
—¡No sueltes su herida, idiota!
—Voy a desmayarme. La sangre de June está en mis manos.
—Es su sangre preciosa. ¡Sigue presionando fuerte!
June podía oír su entorno, desde los gritos frenéticos de sus compañeros hasta el sonido de las máquinas del hospital.
También podía oler la esterilidad de la habitación, pero no parecía poder abrir los ojos ni decir lo que sentía.
«Me duele de puta madre», pensó.
June sintió una mano fría agarrar la suya, e inmediatamente reconoció que era de Minjun. Quería apretar la mano del joven, pero June no encontraba la fuerza para hacerlo.
—Hermano. Lo siento. Por favor, despierta. ¡Te contaré todo! .
—¡Dios mío, está llorando! ¡June está llorando! —exclamó Akira.
—¡Tienes razón! Las lágrimas están saliendo de la esquina de sus ojos —dijo Zeth—, la preocupación se oía en su voz.
¿Qué diablos?.
«¿Estoy llorando?» pensó June.
