—¡Es demasiado temprano! —se quejaba Siete mientras se dirigían al lugar. Los otros miembros lo seguían arrastrando los pies, luciendo más descansados que Siete.
—Es tu culpa —dijo Ocho—. Kun te dijo que te acostaras temprano, pero insististe en jugar videojuegos toda la noche. Mejor no arruines el ensayo más tarde. Grupos novatos y veteranos por igual van a estar observando nuestra actuación.
—No lo haré —dijo Siete—. Ya sabes que nunca arruino nuestras actuaciones. Debuté con solo tres meses de entrenamiento. Tú te entrenaste durante tres años. Creo que deberías usar tu propio consejo.
Ocho hizo clic con la lengua y estaba a punto de golpear la nuca de Siete, pero Uno carraspeó, haciendo que los demás prestaran atención.
—No discutan. Vamos a entrar y prepararnos —dijo fríamente.
El grupo entró al lugar con su mánager y dos guardias y fue inmediatamente asediado por la atención.
Un hombre alegre se acercó saltando a donde estaban, sus ojos brillando de emoción.