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Minjun se sentó en el ancho y suave sofá. Definitivamente era más suave que el sofá que tenían en el Apartamento de la Abuela— también debía ser más caro.
Pero por alguna razón, a Minjun le gustaba más su sofá barato.
—¿Qué vamos a ver de nuevo? —preguntó su padre, sentándose junto a él después de terminar de preparar bocadillos para su amado hijo.
Minjun suspiró. —Ya te lo dije hace un rato, papá. ¡Es Estrellas en Ascenso! No prestas atención a nada —murmuró suavemente.
El padre de Minjun se rascó la nuca, sintiéndose un poco culpable. De alguna manera, lo que Minjun dijo sonaba como si tuviera otro significado: nunca prestaba atención.
Y aunque era cierto que se enfocaba más en su carrera que en su hijo, todavía quería mucho a Minjun.
Minjun notó el silencio de su padre, lo que le hizo morderse los labios, preguntándose si lo que había dicho era demasiado.
—Pero gracias por los bocadillos —dijo Minjun rápidamente—. Estos son todos mis favoritos.
