—¡Director! —Hana llamó mientras caminaba hacia donde él estaba sentado—. Sus asistentes lo rodeaban, abanicándolo con objetos al azar.
—¿Qué? —exclamó él con enojo, pero se contuvo cuando vio que era Hana—. Ah, eres tú. Creo que deberíamos alargar nuestro descanso, Hana. Todavía estamos buscando a alguien que se haga cargo del papel de ese estúpido bandido.
—Bueno —Hana comenzó a decir—. Encontré a un chico afuera y pensé que sería perfecto.
—¿Saliste afuera? —Jam levantó una de sus cejas.
—¡Vince! Mi asistente, Vince, salió afuera y le dije que buscara a alguien —Hana se quedó helada—. Sabes que quiero lo mejor para el programa y no quisiera que retrasáramos la filmación.
Eso pareció funcionar.
—Necesito ver a este chico primero —dijo Jam, esperando ya lo peor.
—Por supuesto —añadió Hana—. Luego, persuadió a June, que estaba parado detrás del equipo.
June suspiró y negó con la cabeza. Las cosas que estaba dispuesto a hacer para completar su misión eran ridículas.