Los tres habían entrado por la gran puerta principal de la academia con facilidad. Después de dar sus nombres, se confirmó que estaban en la lista de participantes. Les dijeron que simplemente caminaran hacia adelante y entraran a la academia; si seguían la larga corriente de gente, sabrían a dónde dirigirse a partir de ahí.
Después de pasar las puertas, había quedado bastante claro que era mucho más que solo una academia. El lugar era tan grande como una pequeña ciudad y funcionaba como tal también. Había calles de áreas residenciales, tiendas e incluso una sala de subastas.
Había trabajadores que laboraban dentro de la academia, no solo los profesores. Había sirvientes que se encargaban de limpiar el lugar, cocinar la comida y más.
Ellos y sus familias necesitaban un lugar para vivir. Al mismo tiempo, debido a los estudiantes, el lugar tendría visitantes frecuentes de miembros de la familia, y muchos de los estudiantes tenían conexiones fuertes y aquellos con mucho dinero.