Después del ataque, Murkel comenzó a realizar algunos cambios en su dimensión. Al principio, tomó los cuerpos de los muertos y comenzó a abrirlos. Con sus partes del cuerpo cristalizadas de rojo, le resultaba fácil cortar y trocear a los magos.
Al hacerlo, no descubrió mucho, aparte de que parecían ser iguales a los ciudadanos comunes en Pagna. Sus cuerpos tenían el mismo tipo de órganos. Lo único que parecía ligeramente diferente era el corazón.
Todos ellos parecían estar ligeramente oscurecidos en comparación con un corazón real, que Murkel había visto antes.
Al final del día, Murkel no era médico, y no tenía herramientas reales a su disposición, por lo que la única conclusión a la que pudo llegar fue que estos magos eran visualmente iguales a los humanos.
