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Raze no tenía idea de a dónde ir a continuación para avanzar su fuerza más que antes, pero tenía una cosa clara en su mente.
Si había una persona a la que no quería encontrarse en ese momento, era Alba, la líder de la Grulla Carmesí. De todas las personas con las que podría haberse topado, se preguntaba por qué estaba aquí justo ahora, frente a él.
Tanto es así, que cuando dijo su nombre, se quedó atónito, y ni siquiera se había dado cuenta de que Rayna estaba de pie justo a su lado también.
—¡Lo sabía, tenía razón! —dijo Alba con una sonrisa en su rostro—. Eres tú, te ves bastante diferente comparado con la última vez, pareces haber madurado, o tal vez es solo el pelo oscuro, ¿y qué pasa con el pelo de todos modos? Me gustaba tu pelo blanco.
Alba tenía su mano en su barbilla mientras miraba a Raze de arriba abajo, asegurándose de no acercarse demasiado, respetando su incomodidad de estar cerca de otros.
