Había algo pesado en el pecho de Harbour desde hacía tiempo. Con la derrota de Niang, pensó que sería feliz. Su familia había obtenido la venganza que había buscado.
No pudo hacerlo con sus propias manos, pero de nuevo, sentía que si nunca hubiera conocido a Raze esa noche en la posada, su venganza nunca habría tenido éxito.
En parte, sentía que el mundo le estaba dando algún tipo de justicia. Sin embargo, el dolor todavía estaba allí, y algo le carcomía más de lo que nunca lo había hecho antes.
Antes de acercarse a Raze, repetía en su cabeza que estaba bien. No había necesidad de conocer la verdad; había obtenido lo que quería de este desconocido y no tenía nada que darle a cambio... y sin embargo, por alguna razón, las palabras salieron de su boca antes de que se diera cuenta.
—¿Fuiste tú quien mató a mi hermana? —preguntó Harbour.
Para todos los que estaban allí, la pregunta surgió de la nada. Charlotte y Anna sabían dónde había estado Raze antes, en la academia.