—¿Estás seguro de que esa estatua puede resistir? —preguntó Gunther mientras canalizaba su Qi a través de sus armas.
El Qi se estaba convirtiendo en Qi visual, y aun mientras se movía por el aire, parecía que gotas de agua se desprendían de sus armas.
—Esa cosa es la más fuerte de nosotros aquí; ¡si no puede, entonces todos estaremos muertos de todas maneras! —respondió Dame.
Sus palabras no eran mentiras basadas en lo que sabía. La estatua se fortalecía a medida que lo hacía la sangre de aquellos usada en la estatua para crearla.
Después de que los otros principales discípulos murieron, nueva sangre fue puesta en la estatua; uno de ellos era el propio Dame, y el otro era Raze.
Otra característica de la estatua era que si aquellos marcados por la sangre se fortalecían, entonces a su vez, la estatua también se hacía más fuerte.
La estatua frente a ellos tenía el poderoso poder de los guerreros de alta etapa inicial, y también sus habilidades.
—¡Atácalo! —gritó Dame.