El grupo de La Grulla Carmesí había luchado con dificultad contra 11 de estos magos. Aunque gran parte de eso se debía a que nunca antes habían combatido contra este tipo de oponentes.
Ahora, al enfrentarse a más de cuarenta de ellos, todos podían decir que iba a ser problemático, mucho más de lo que jamás imaginaron.
—¡Ja, ja, ja! —Kizer empezó a reír; podía sentir cómo su espada especial pulsaba con poder. El poder del arma fluía de vuelta hacia él.
Una de las características de su arma era, después de todo, que cuanto más oponentes enfrentaba, más fuerte se volvía.
—Tilon, solo protégenos por un rato, y me aseguraré de acabar con estos tipos de un solo golpe; les mostraremos a estos monstruos, la fuerza de un Guerrero Pagna —Kizer levantó su espada al aire y la sostuvo con una sola mano.
Luego la colocó en el suelo detrás de él como si estuviera arrastrando el arma. La desventaja del arma, creada por el Mago Oscuro, era que las habilidades no podían usarse más de una vez.