El alboroto fuera del Edificio del Alquimista había crecido y una gran multitud se había reunido, manteniéndose a varios metros de distancia de cualquiera de los guerreros. Aunque no podían ver mucho aparte de un montón de miembros del Clan Behemoth de pie junto a la puerta.
Finalmente, abriéndose paso entre la multitud, vestido con su seda dorada y acompañado de su trabajador jadeante y sin aliento, Bubble había llegado a la zona. Su presencia mientras movía las manos entre la multitud, mirando la escena, hacía que ninguno de los demás deseara estar junto a él. Tenía un aire de importancia que indicaba a la gente que se moviera, pero también un aire de arrogancia a su alrededor que hacía que la gente lo despreciara mientras se quitaba de en medio.