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—No hay recompensa sin riesgo —se dijo a sí mismo Raze con una sonrisa—. Recordaba que solía repetirse esta frase una y otra vez. Todo fue antes de que se adentrara en el mundo de la Magia Oscura, la magia prohibida.
—Tienes suerte, bueno, considerando lo que tú consideras suerte —explicó Raze mientras movía su mano, activando la magia dentro del objeto una vez más, solo asegurándose de que la redacción fuera correcta:
— [Una vez que este objeto haya sido usado, quedará vinculado al usuario y solo podrá ser utilizado por el usuario.]
—[Tras el primer uso del objeto, en la creación de un objeto, la Maldición se activará. El objeto debe usarse al menos una vez al día para crear algo. Si el objeto no se utiliza en un período de 24 horas después de su último uso, la Maldición se activará.]
