—¿Crees que puede ganar? —fueron las palabras que salieron de la boca de Liam.
Tanto Simyón como Liam habían sido apartados de la plataforma de combate y ahora observaban desde fuera. Lo que no se dieron cuenta fue de dónde habían aterrizado exactamente.
—Por supuesto, no puede ganar —respondió uno de los que llevaba cinta amarilla para la cabeza. Estaba sentado en su asiento, brazos cruzados, sin apartar la vista del combate que tenía delante.
Ellos eran quienes se suponía que debían enfrentarse a los que llevaban cinta roja para la cabeza, pero con lo ocurrido hoy, lo que había pasado, ni siquiera estaban seguros de si serían capaces de luchar en absoluto.
—Te lo digo ahora, Ricktor no es solo el nieto del Principal aquí; también es un genio —continuó el de la cinta amarilla—. Es un guerrero Pagna de etapa 3, el más alto que la academia haya tenido jamás como un tercero.
Muchos de los dueños de cinta amarilla asentían con la cabeza en acuerdo.