—Solo habían tenido un par de horas juntos antes de que la voz de Zev resonara en su cabeza, frenética. Algo sobre Nick y los humanos. Pero todo se sumaba a que no había más tiempo. Tenían que poner a todos en movimiento. Ahora.
—Se quedó inmóvil cuando Zev comenzó a hablar y Kyelle, acostada junto a él, abrazando su brazo, con su barbilla apoyada en su hombro frunció el ceño. Ella conocía esa cara.
—Lhars suspiró.
—¿Qué sucede? —preguntó Kyelle en voz baja, aunque su tono indicaba que ya lo sabía.
—Tenemos que ir a poner a todos en marcha. Justo ahora. Zev ya está diciéndoles a todos los lobos. Necesitas ir a despertar a las hembras. A todas. Nos vamos.