—Lhars —Lhars había pasado dos horas preparando sus aposentos en la Ciudad. Por suerte, la cámara del Segundo de los Clanes principales estaba justo al otro lado del patio del salón femenino. Incluso le costaba darle la espalda sabiendo que Kyelle estaba allí y que había tantos machos cerca. Pero si no podía llevarla a la Soledad, al menos podía darle algo para recordar.
Había extendido pieles frescas en su plataforma para dormir, encendido velas en las mesitas de noche, preparado una bandeja de aperitivos y llenado un odre de vino y otro de agua. Se había dado cuenta de que el mejor momento para estar a solas con ella sería mientras todos estuvieran en la comida de la tarde y distraidados. Aunque no pensaba que ninguno de los machos lucharía con él por ella, era instinto alejarla tanto como pudiera de otros machos.