~ Sasha ~
De camino de vuelta al complejo, Nick parecía ir más lento de lo que había ido cuando salieron. Sus cejas se fruncían, como si discutiera algo consigo mismo. Sasha no insistió. Todavía estaba luchando por entender a Nick, para descifrar si o cuándo se le podía confiar. Y la verdad era que hablar con él sobre todo esto era muy diferente a hablarlo con Nathan y los demás miembros de la Junta.
¿Cómo iba a convencerlos para que le dieran lo que quería?
No había punto en angustiarse por ello, se dio cuenta. O ellos escucharían y harían como ella pedía o no lo harían. Preocuparse en exceso no iba a cambiar nada a largo plazo.
Sasha miraba por la ventana, observando el pasto y los árboles distantes pasar por el Jeep. Era un lugar hermoso aquí afuera. Remoto. Aunque el terreno despejado parecía un poco demasiado perfecto para ser natural, aún era real.
—¿Por qué le llaman a esto el santuario? —dijo de repente, necesitando tener algo más en qué enfocarse.
