—Sasha —Antes de que tuviera la oportunidad de reaccionar, o incluso de gritar, Sasha cayó al suelo con un estruendo, su coxis temblando de dolor. Pero estaba atrapada, el peso del lobo masivo asegurando que no pudiese moverse. Un gruñido gutural y dientes chasqueando se convirtieron en todo lo que podía ver y oír. Apenas había inhalado aire, su cerebro gritando, esperando el pinchazo de los dientes en la piel, cuando Nick bramó: